Continúa el desgaste: gracias a la designación de Manuel Bartlett como director de la Comisión Federal de Electricidad los opinólogos de redes sociales han enloquecido y han transformado el tema en un verdadero campo de batalla.
Mientras muchos lo califican de «estadista» y «defensor de la patria» ante los embates del neoliberalismo, otros le achacan varios horrores.
¿Quién es éste «ilustre» poblano?
Hagamos un poco de historia.
En 1988 no existía un organismo electoral independiente; teníamos algo llamado Comisión Federal Electoral que era dirigida por el secretario de gobernación en turno; el gobierno era juez y parte de las elecciones.
El proceso de ese año generó mucha expectativa ya que en contra del candidato oficial del PRI, Carlos Salinas de Gortari, se destaparon pro primera vez dos auténticos líderes de oposición.
Por un lado, Cuauhtémoc Cárdenas, hijo de Lázaro Cárdenas que se desprendió del PRI luego de encabezar un intento democratizador al interior del partido. La coalición de partidos y grupos de izquierda que encabezó sería la semilla del PRD.
Por la derecha un empresario sinaloense, famoso por “entrón” y no callar nada, de nombre Manuel Clouthier (alias Maquío) que era la personalización de los “bárbaros del norte” panistas. Un grupo de empresarios y políticos norteños que buscaban un verdadero cambio en el país.
Por primera vez el México del siglo veinte tuvo unas elecciones verdaderamente competidas y pasó algo que jamás había previsto la “aplanadora” priista: las perspectivas de perder la elección presidencial se hicieron reales por primera vez.
Las campañas, gracias a los medios, no pudieron ser más disparejas. Mientras se dedicaba una enorme cantidad de tiempo al candidato oficial, los de oposición apenas tenían menciones en la radio, la televisión y los periódicos (no, internet aún no existía).
Llegó el día de las elecciones y la gente se volcó a votar y, una gran cantidad de personas, lo hicieron por la oposición, principalmente por Cárdenas.
¿Ganó la elección del líder de la izquierda?
Quizá nunca lo sabremos, lo que si sabemos es que el sistema informático que llevaba el registro de los votos sufrió una interrupción -se “cayó”- a la hora de la verdad. El entonces Secretario de Gobernación, Manuel Bartlett, salió a decir que “había un problema” por lo que era imposible dar resultados.
A los pocos días los resultados oficiales dieron la victoria a Salinas.
Ambos candidatos de oposición, además de los pocos medios independientes de la época, aseveraron que hubo fraude. Cuando el sistema comenzó a mostrar una clara ventaja por parte de Cárdenas optaron por “tirarlo” para evitar darle la victoria y a lo largo de los días siguientes alteraron los resultados.
Estamos hablando de una época en que las elecciones eran organizadas y llevadas a cabo por burócratas del gobierno. Repito: éste era juez y parte, por lo que un chanchullo se pudo haber realizado sin problema alguno.
Tanto Cárdenas como Clouthier argumentaron fraude, intentaron la vía legal y hasta protestas, pero el daño ya estaba hecho.
¿Quién estaba atrás de la maquinaria electoral de la CFE?… Manuel Bartlett
En la foto de abajo vemos a Rosario Ibarra, Manuel Clouthier y Cuauhtémoc Cárdenas en una marcha de protesta por el fraude electoral de 1988 orquestado por Bartlett.
Aunque por ahí algunos fanáticos de Andrés Manuel López Obrador digan que el funcionario se deslindó del gobierno de Salinas eso es una gran mentira. A manera de premio por los servicios hechos fue designado candidato por el PRI al gobierno de Puebla donde realizó una de las gestiones de peor memoria para la entidad.
Era un secreto a voces que Bartlett había sido premiado por su fidelidad al sistema.
Fue senador por Puebla en el 2000 y, como buen animal político que siempre ha sido, se manifestó a favor de la candidatura de López Obrador en 2006, cosa que le causó la expulsión del PRI pero ese asunto no le importó ya que fue recibido con los brazos abiertos en el PRD.
Con la creación de Morena fue uno de los primeros en dar el brinco y, ahora, lo vamos a ver como flamante director -a sus 82 años- de otra comisión con las mismas siglas de la que dirigió allá en el 88: La Comisión Federal de Electricidad.
Cuando despertemos, en la cuarta transformación, el dinosaurio seguirá allí.